Dios es el mismo. Abr-Jun 2007



A lo largo de nuestra vida es Dios quien nos va guiando y dando la fuerza para seguir caminando. Es por ello que la dimensión espiritual, dentro de nuestro proceso formativo, no puede quedar a la deriva; es decir, la ORACION es y debe ser parte fundamental en nuestra vida cotidiana, pues por medio de ésta alimentamos y enriquecemos nuestra Alma.

Hace casí dos años que salí de la patria y aunque en México, en el seminario, estaba acostumbrado a tener diferentes horarios para los momentos de oración, tales como: Eucaristía, laudes, vísperas y completas, momentos que eran rezos comunitarios y de compartir no sólo con Dios sino con la misma comunidad que acompañaba aquellos instantes. En fin era parte del vivir en comunidad.



Después de haber permanecido algunos años de formación en México llevando este método o proceso de oración, llegó el momento de salir a terminar mi proceso formativo a Tierra de Misión, “Corea”; haciendo escala durante algunos meses en Canadá. Al llegar por acá me encuentro con una realidad de comunidad distinta, deiferente cultura, diferentes compañeros y tantas cosas que te puedas imaginar a las cuales siempre les encontrarás la diferencia; pero en fin en todas estas cosas, personas y diferencias, he descubierto y encontrado a Aquél que me ha enviado y que a puesto sus ojos en mi, a DIOS, para el cual no hay diferecia alguna pues a todos nos quiere por igual brindándonos ese amor de padre, amigo, hermano.. esto hace que sea un encuentro mas personal, de cara a cara, donde Él habla y uno escucha. Es en ese encuentro donde uno responde y le solicita lo necesario para salir adelante en este caminar misionero, y es en este mismo encuentro que vamos entendiendo como Él actúa en nosotros pues somos sus instrumentos; por lo tanto, sólo nos toca dejarnos guiar y moldear por Él.


En fin mi experiencia en la cuestión espiritual, se puede decir que ha sido diferente a lo vivido en México, pues aquí no se cuenta con esa comunidad de seminaristas que se tiene en nuestro país, los momentos de eucaristía, laudes, visperas... son con los sacerdotes rescidentes en casa y mi compañero seminarista; pero eso no hace que sea menos enriquecedor pues Dios es el mismo y Él es quien está prensente donde quiera que estemos. Así que ánimo que aunque no existan grandes grupos, basta con la presencia de aquellos que te rodean y de Dios quien va a tu lado tomándote de la mano. Por lo tanto dejémonos guíar y dejemos actuar a Dios en nosotros que vale la pena apostar por la MISIÓN.

Alberto Puente Colunga.
Seminarista en Corea del Sur.