Caminando en el aprendizaje. Jul-Sep 2007

Hay momentos en nuestra vida que sin lugar a duda son los grandes cimientos para nuestro caminar, uno de estas etapas es la preparación en nuestro estudio. Es por eso que cada ser humano le dedica gran parte del tiempo de su vida al estudio.


Todos aprendemos algo en nuestras vidas, algunas personas con mas precisión, otras con un poco de lentitud, algunas con todas las posibilidades y otras más con muy pocas para hacerlo, sin embargo, cada uno busca la manera para poder lograrlo, me gustaría compartirles una experiencia que me toco vivir en estos días al ir caminando me encontré a un moribundo sentado sobre una calle, al lado de él había un poco de cartones que le servían para protegerse del sol y al mismo tiempo de las lluvias que por estos lugares son frecuentes, yo al pasar por ahí, me llamo la atención mirar al señor que estaba un poco sucio quizás por no haber tenido la oportunidad de tomar un baño durante un buen tiempo, pero lo que más llamo mi atención fue que el señor estaba agachado escribiendo en un papel sucio y muy arrugado, como aquellos que a veces encontramos tirados en la basura de la calle, me quede observándolo por un tiempo y vi que tomaba un libro viejo y sucio que estaba al lado de él, el señor iba y abría el libro viejo y después de mirarlo lo bajaba al piso y agarraba su pedazo de papel y lápiz para escribir, esto lo hizo por varias veces, después de un buen rato de observarlo me atreví acercármele para ver más de cerca lo que estaba haciendo, y también me daba la impresión como que a lo mejor ocupaba algo y quería preguntarle en que podría ayudarlo, así que con un poco de miedo por no saber la reacción que el señor fuera a tomar contra un extranjero, me acerque a él, y al no poderme comunicar con el por no saber su idioma. Entonces me acerque con más confianza, pues vi que no tomo ninguna reacción extraña al verme acercar, tan solo simplemente volteo a mirarme y después siguió haciendo lo que estaba haciendo, lo que yo nunca me imagine que el señor estaba haciendo fue que, estaba estudiando ingles, el libro viejo que estaba a su lado era un diccionario de ingles y cada vez que lo habría era para ver una palabra nueva en ingles luego iba a su pedacito de papel y la trataba de escribir varias veces en su pedazo de papel, esta manera era su método para estudiar ingles, no podía hablarlo todavía pues no era su lengua del país y tenía muy pocas oportunidades de practicarlo con alguien, o que por lo menos alguien le ensenara como pronunciarlo. Yo estaba solo de paso por ese lugar, así que esa fue la única vez que logre ver al señor.

Esto para mí fue una experiencia muy alentadora, al mirar que una persona con muy pocas posibilidades de poder ir a una escuela, tenia deseos y buscaba la manera de aprender un segundo idioma para poderse comunicar con extranjeros. Quizás esta nos parezca una historia común en nuestras vidas, sin embargo, en mi causó una fuerte impresión, ya que en estos momentos estoy pasando por la etapa de mis estudios de lengua y que aún teniendo todas las posibilidades de ir a una escuela y tener todos los medios necesarios para lograr este objetivo de hablar otra lengua extranjera para poderme comunicar con la gente, en ocasiones lo confieso no ha sido fácil, pero creo que vale la pena luchar y aprovechar estos medios que Dios nos regala a cada uno para poder aprender algo en nuestras vidas que sin lugar a duda nos servirá en nuestro trabajo misionero. Es por eso hermanos de comunidad, familiares y amigos que estamos viviendo esta etapa de nuestra formación, tenemos que luchar con mucho empeño en nuestro estudio, para aprovechar a lo máximo esta oportunidad que cada uno tenemos.

Hermanos que pasamos por esta etapa, ésta es nuestra misión y luchemos con empeño y todas las fuerzas para lograr encontrar los objetivos que cada uno se propuso al final de nuestros estudios. Les he compartido esta experiencia para animarlos y que a veces por más difícil que nos parezcan el estudio de ciertas cosas, no hay que desanimarse pues nuestro amigo me ha enseñado que vale la pena siempre estar dispuestos a aprender algo nuevo en cualquier momento de nuestras vidas y cualquiera que sean nuestras circunstancias de la vida.



Nicolás Martín Rangel Castañeda
Seminarista en Hong Kong.