¡Hola a todos! Ene-Mar 2007

Siempre es grato tener la oportunidad de dar un saludo a todos los hermanos Misioneros de Guadalupe, a la familia y a los amigos que desde hace tiempo no he tenido la fortuna de verlos y saludarlos personalmente, por lo que aprovecho este medio para hacerme presente en sus vidas y con gran alegría les comparto un poco de mi experiencia en esta misión de Hong Kong.


En estos momentos ya estoy en mis últimos meses del estudio de la lengua “cantonesa” y ahora después de este corto avance en la misma, soy capaz de comunicarme mejor y comprender un poco más alguna conversación. Este pequeño avance me ha ayudado a vivir con mayor plenitud cada uno de los momentos que van marcando mi formación en la misión en este proceso del aprendizaje de la lengua, momentos que van desde estar con los compañeros de la escuela, el convivir con los feligreses de las parroquias que he visitado, o simplemente el salir a la calle a practicarlo. Cada uno de estos momentos antes eran más difíciles de vivirlos y asimilarlos, pues uno se siente en el vacío al entender muy poco o casi nada al entablar una conversación, pero en cuanto uno entiende y va hablando más, se va abriendo la posibilidad de compartir más plenamente estos momentos, y al mismo tiempo las ganas y los ánimos de querer aprender más poco a poco se van despertando en uno.

Recuerdo que a mi llegada al no saber hablar ni entender de qué me hablaban, mis respuestas se limitaban a solo decir “si” o “no” con un movimiento ligero de cabeza, ahora este gesto ha cambiado un poco pues el movimiento de cabeza ya no es un gesto mudo con el cual responder, estoy siendo capaz de expresarme verbalmente y, cuando mi conocimiento del idioma me da más, puedo dar una pequeña explicación a mi respuesta. Esto es algo que poco a poco se va descubriendo en sí y cada uno de los que iniciamos el estudio de las lenguas en los diferentes países podemos casi coincidir en que son pasos difíciles pero que a lo largo del camino se van haciendo cada vez más fuertes y consistentes.


Este es mi segundo año después de haber comenzado a estudiar el chino y, aunque con muchas limitaciones, creo que ha habido muchas buenas experiencias compartidas con la gente, así como esos momentos litúrgicos de la iglesia, las festividades culturales del pueblo chino, todo esto, los he tenido en este segundo año con más vivencia y más participación en ver como la gente expresa su fe.

Ahora en este tiempo de cuaresma donde nos preparamos para revivir el sentido de nuestra fe en “Jesús Resucitado”, ha sido una gran oportunidad para reflexionar que en medio de momentos difíciles, hay que sacar las fuerzas para ir en busca de el. Es como ir viviendo este tiempo que a veces se hace oscuro o difícil por no entender la mayor parte de las cosas que están pasando y después poco a poco se va acercando esa Luz que te ilumina el sendero por donde hay que seguir caminando.

Esa Luz siempre ha sido y seguirá siendo Jesús para cada uno de nosotros, en donde quiera que estemos, en lo que estemos haciendo, en los momentos malos o buenos que nos esté tocando vivir, por eso, recordemos en esta Pascua que Jesús es quien da sentido a cada uno de estos momentos, y así como los discípulos que fueron a buscarlo, lo encontraron y luego salieron a anunciarlo, así cada uno de nosotros desde nuestra experiencia del encuentro de Jesús en nuestras vidas diarias y desde donde estemos, sea siempre este nuestro anuncio: “¡¡¡Jesús está Vivo!!!” Que esta sea nuestra fe y lo que hemos de anunciar.

Nicolás Martín Rangel Castañeda.
Seminarista MG en Hong Kong, China.