Dios habla en el silencio

Hechando un vistazo hacia atrás, durante los años de formación que viví en México desde el Curso Introductorio hasta el primero de teología, pasando por el año de servicio en el Seminario Menor y el CESPA, la vida espiritual es lo que me ha ayudado siempre a seguir adelante a pesar de las dificultades que a veces surgen en el camino.

Después de 8 años de formación en México me llegó el momento tan anhelado: salir a estudiar a un país de misión. El país elegido por los superiores fue Corea del Sur. Antes de llegar a Corea pasé nueves meses con los Misioneros de Scarboro, en Toronto Canadá, para estudiar el inglés. La etapa del estudio del inglés fue muy bonita y enriquecedora, aunque también algo difícil, en este tiempo también la vida espiritual fue muy importante para seguir adelante.

En mayo de 2006 llegué a Corea para estudiar el idioma coreano como preparación a mi entrada al seminario, donde estudiaría teología en coreano. En ese tiempo la entrada al seminario parecía tan lejana que rara vez pensaba en ella. Sin embargo no hay plazo que no se cumpla y este artículo lo estoy escribiendo desde el seminario.




Después de más de 2 años de vivir fuera de una comunidad de seminario, el 21 de febrero del presente año ingresé al seminario de Kuangyu en Corea del Sur. Los primeros dos día en el seminario fueron para arreglar mi cuarto, asear y trabajar en la casa. Pero el tercer día por la tarde comenzamos con un retiro que duró 4 días que fue en absoluto silencio. Teníamos oraciones y misa comunitarias y un par de platicas al día, el resto del tiempo era para reflexión personal.

De verdad que este tiempo de retiro fue la mejor de manera de comenzar esta nueva aventura en el seminario de Kuangyu. Pues en ese silencio me encontré con mi Dios que me recuerda que no estoy sólo y que si me mantengo unido a Él podré vencer todas las dificultades y seguir adelante compartiendo el Reino de Dios con mis hermanos en Corea. Que dios me bendiga en esta nueva etapa de mi formación y que me ayude a estar en continuo contacto con Él a través de la oración.

Alejandro Rodriguez Elias, Seminarista MG en Corea del Sur.