Volverse como niño!

Durante mis nueve meses de estancia en Hong Kong aprendiendo el idioma cantones, he aprendido el valor de la humildad y sencillez, así como la paciencia y fortaleza, valores humanos que muchas veces se nos olvida practicar o procurar conservar en nuestra propia vida.

Muchas veces pareciera que estos valores humanos los practicamos hacia los otros que vienen a nosotros. Sin embargo practicarlos para nosotros mismos suena un poco extraño. Pero yo ahora me doy cuenta de ello porque ante el hecho de mi aprendizaje del idioma que es difícil para mí, mis compañeros, sacerdotes y amigos chinos me han mencionado muchas veces “ten paciencia”, “ánimo” “tú puedes”, etc. También los maestros nos comprenden y ayudan pacientemente.



Yo mismo leyendo el pasaje del evangelio de Mateo 18,2-4. Me di cuenta que necesito hacerme como niño nuevamente y dejarme instruir y enseñar en este idioma por los demás y que a pesar de que ya soy mayor debo hacerme como niño: escuchar, repetir cada palabra en chino y recordar cuando realmente era un niño y trataba de aprender el español.

Ahora me resulta más difícil aceptarlo y creo que para cualquier adulto es difícil dejar que otras personas le digan que no habla correctamente o que no ha pronunciado las palabras bien. Eso muchas veces parecería embarazoso para los adultos. Pero en mi caso creo que es necesario y a la vez me recuerda el valor e importancia de los valores humanos: paciencia, humildad, fortaleza, sencillez, etc. Para conmigo mismo y para con los demás.

Yo como misionero necesito hacerme como niño para aprender a escuchar a los demás en el aprendizaje del idioma, el conocimiento de la cultura, costumbres sociales y familiares, etc. Es un gran reto, es volver a empezar, hacerme un niño es ver la vida con paciencia, alegría, sencillez, dedicación y con un corazón adulto por llevar a los demás el gran mensaje de salvación.





Pido a Dios me ayude hacerme como niño no solo ahora sino siempre para anunciarlo a los demás y luchar porque muchos hermanos lo conozcan y se hagan niños también por el reino de los cielos.

Fernando Salazar Casango.
Seminarista en Hong Kong.